Hay momentos en que la condición humana, o mejor dicho su región más baja, puede llegar a niveles desesperanzadores. Ciertos actores involucran una serie de aberrantes cualidades, cuya combinación denigrante nos lleva incluso a cuestionar la naturaleza del hombre -contemplar la posibilidad de que elementos como la vileza o la maldad sean ingredientes intrínsecos. Pero más allá de estas reflexiones filosóficas, el caso de las hembras de orangután que prostituyen en burdeles humanos es, por lo menos, escalofriante.
En ciertos países asiáticos, entre ellos, Borneo y Tailandia, existe precarios establecimientos a los que, generalmente, trabajadores de pocos recursos para y pagan por sexo. Solo que en el lugar de la trata de mujeres tradicionales, niñas o adolescentes, por cierto un crimen también popular en la región, en este caso las víctimas son los orangutanes: con quienes, por cierto, compartimos casi el 98% de la estructura genética. Tras ser capturadas en selvas aledañas, las hembras son depiladas, perfumadas e incluso maquilladas, para luego, las llamadas en cadenas que las inmovilizan, 'satisfacer' a los clientes.
Esta práctica grotesca se ha difundido, aunque al parecer localmente ya es conocida, luego de que Karmele Llano, una veterinaria española, la denunciara. De acuerdo con este miembro de la Borneo Orangután Survival (BOS), se ha encontrado con animales encadenados y con signos de haber sufrido abusos sexuales por parte de humanos. A ella en específico le tocó encontrar un orangután hembra de 12 años. "Cuando intentamos liberarla revuelta, nos amenazazaron con cuchillos y machetes. Tuvimos que recurrir a la policía estatal, que envió unos 30 agentes para llevarse a Pony ", declaró la veterinaria al diario español La Gaceta.
Al parecer, lamentablemente no se trata de un caso aislado de depravación, sino que es una práctica relativamente recurrente en la zona:
El caso de Pony no es un adulto que es en Tailandia es frecuente que los burdeles usen hembras de orangután como diversión sexual para los clientes.
A pesar de que el tráfico de orangutanes con fines de prostitución es quizás la más pequeña amenaza que estos animales se enfrentan, que es mucho más que riesgos de extinción que esta especie del cual , según cálculos de la asociación Orangutan Conservancy, se calcula que quedan solo veinte mil ejemplares.
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